sábado, 16 de mayo de 2009

Blanco, todo blanco.

Las voces alejadas de su costado y la presencia de que había alguien.

Tomaba su sábana una y otra vez, entonces la doblaba en cuatro pliegos para luegos estirarlas y volver a empezar. Así se pasaba horas, días, meses. Sola, siempre muy sola. Esa mirada perdida en el alto techo. Silenciosa. Vacía. Hacía años que nadie la visitaba y su mente sólo se reducía a pensar en cómo volvería a quitar y poner esa sábana blanca sobre su piel. Con sus manos púrpuras y su piel gastada, con el cansancio de su pelo y el temor de sus párpados... desde el fondo entonces grita y pide auxilio, o más que eso...pide un gesto afectuoso que logre sacarla de la rutina. Pero nadie escucha, nadie le pone atención. De vez en cuando la única persona que se acerca y le toca la piel es una mujer vestida de blanco, quien le arregla el tubo del suero o le toma la presión, pero eso no es amor, es sólo trabajo. Entonces, nadie la escucha o quizás, nadie la quiere escuchar. Es casi un objeto más del paisaje de aquella habitación, así como los cuadros y las ventanas que nunca dan luz. Es casi como eso, pero no lo es. Lo es para quienes no quieren ver. Entonces, entonces... comienza un nuevo día, y es la décima vez que despliega su sábana para volver a doblarla esperando que pasen las mañanas y así los días, de vez en tanto cambia un poco la rutina y se acaricia las manos, pero siempre, siempre es lo mismo. Blanco, todo blanco.

1 comentario:

  1. Quizás... solo quizás... alguna vez caminé por fuera de su casa, estuviera donde estuviera, he caminado las 12 calles muchas veces, y me quedan muchas otras 12 por caminar, lozanía triste sentí, espesor en el aire... lo ignoré, como nuestros pasos enervan desdén de lo inerte, como un niño a quien busco evita lo andrajoso y cierto, lo interno y feo. Ideal. Espero tenga tiempo para perdonarme en su día, espero que las miles manecillas sepan decirle que pasé por ahí, y que cuando lo hice supe quien era, solo para moverme a lo siguiente y añorar un buen pasar. Yo no he visto solo Blanco, matices a donde vaya, miradas y caminos... miradas y caminos... desde que cruzé la gran avenida, hasta que rodié sus frías rejas... Victimario esta vez soy...
    Culpable de no darle gris...
    Cómplice de su Blanco...
    Verdugo de su esperanza...
    Me miro incierto.
    Por esta vez...
    Me Detengo. . . ..

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